
Por Redacción El Medianil/Foto cortesía CMB— Las Vegas, 19 de julio de 2025
El legendario Manny Pacquiao volvió al ring con 46 años y lo hizo dejando el alma en cada golpe. En una noche vibrante en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, el filipino empató ante Mario Barrios, actual campeón welter del WBC, en un combate que ya se perfila como uno de los más emocionantes del año.
El resultado fue empate mayoritario: un juez dio 115–113 a favor de Barrios, mientras que los otros dos lo vieron igualado (114–114). De esta forma, el estadounidense retiene el cinturón, pero Pacquiao demostró que la leyenda sigue viva.
Desde el primer campanazo, Pacquiao mostró destellos del guerrero de siempre: velocidad, combinaciones certeras y un ritmo que sorprendió a propios y extraños. Barrios, más joven y con mayor alcance, cerró fuerte en los rounds finales, equilibrando las tarjetas.
“Estoy feliz de estar de vuelta. Agradezco el apoyo del público. Barrios fue un rival digno y esto no ha terminado”, declaró Pacquiao al finalizar.
Dio la impresión que el «Azteca» Barrios consintió al veterano multicampeón del mundo en ocho divisiones diferentes. Trabajó a base de jabs, pero nunca se decidió a soltar su poderosa derecha, mientras Pacquiao con un gran juego de piernas lo bailaba en el ring con combinaciones, que aunque sin la potencia esperada, alcanzaban el rostro del monarca.
Cuando Barrios se decidía a lanzar golpes alcanzaba el rostro de Pacquiao, y pocas veces fue a la zona blanda lo que hubiera minado por completo la condición de un boxeador que con 46 años no cuenta con las mismas condiciones de la etapa cuando maravilló al mundo con sus grandes batallas arriba del ring.
Aún sí, Pacquiao lució mucho mejor que la mayoría de los boxeadores que han regresado después de los 45 años y que han terminado dando lástima.
Él no, demostró la grandeza de Guerrero que siempre ha tenido, y dio una muestra de que el que tuvo, retuvo y guardó para la vejez.
Aunque el empate dejó opiniones divididas, el regreso de “Pac-Man” fue un golpe directo al corazón de los fanáticos del boxeo: nostalgia, respeto y puro espectáculo.